El hombre que puso a pensar a América
Por: Edward Berrocal Gamarra
“Para el Perú, América, y para el mundo se ha perdido un hombre de pensamiento. Muchas veces lo dije, el hombre que puso a pensar a América fue Víctor Raúl Haya de la Torre” fueron las palabras de reconocimiento del ex presidente de Costa Rica, José Figueres Ferrer, apenas se enteró del fallecimiento del fundador del APRA el 2 de Agosto de 1979.
Y es que las ideas de Haya de la Torre, de libertad, de justicia social, de integración continental, de nacionalismo y de antiimperialismo sonaron a ideales revolucionarios para la época, desde la fundación del APRA en 1924 y motivaron el análisis, la reflexión y esperanza de los pueblos americanos que hoy a 29 años de la partida del ilustre pensador trujillano siguen en rigor y en vigencia, por su extraordinaria premonición al destino histórico del Perú y de América, en tanto las condiciones deseables de desarrollo permanecen latentes.
Y es que las ideas de Haya de la Torre, de libertad, de justicia social, de integración continental, de nacionalismo y de antiimperialismo sonaron a ideales revolucionarios para la época, desde la fundación del APRA en 1924 y motivaron el análisis, la reflexión y esperanza de los pueblos americanos que hoy a 29 años de la partida del ilustre pensador trujillano siguen en rigor y en vigencia, por su extraordinaria premonición al destino histórico del Perú y de América, en tanto las condiciones deseables de desarrollo permanecen latentes.
"Recordar a Haya de la Torre es evocar su pensamiento expresado en su doctrina aprista y ésta es la interpretación de la realidad peruana con la aplicación de una ideología propia, con una expresión cristiana de solidaridad, para enfrentar los problemas sociales y constituir un frente de integración continental social y económica para lograr el bienestar de América Latina".
La inteligencia de Haya de la Torre y sus ideas fueron siempre destacadas por diversos medios periodísticos internacionales como el diario El Tiempo de Colombia, cuyo editorial del día del fallo de la Corte de la Haya sobre su asilo político, dijo:
La inteligencia de Haya de la Torre y sus ideas fueron siempre destacadas por diversos medios periodísticos internacionales como el diario El Tiempo de Colombia, cuyo editorial del día del fallo de la Corte de la Haya sobre su asilo político, dijo:
"Es posible no compartir la tesis expuestas por Haya de la Torre en su larga carrera política y de escritor. Pero cualquier hombre culto, sobre todo si ha sentido vibrar el alma de nuestras gentes y de nuestra tierra americana, tiene que inclinarse ante la hazaña intelectual del ilustre peruano". Su existencia, distribuida entre las cárceles, los libros y el fuego mental, encierra nítidos perfiles de apostolado laico.
Escarbando los problemas de su patria, consultando la opinión de su pueblo, transitando los caminos de la sierra peruana, analizando la entraña social de América, Víctor Raúl Haya de la Torre plantó el estandarte de sus convicciones y se dispuso a luchar para que nuestro continente no fuera, según la gráfica expresión de Ciro Alegría, un "Mundo ancho y ajeno".
Entonces resolvió que las parcelas del Perú no fuesen el estrecho marco donde un amo disfruta el vasallaje de los campesinos, que la cultura llegara al entendimiento de todos sus compatriotas, que nadie explotara a los humildes, que el lujo de la aristocracia limeña no se pagara con la sangre de los "cholos".
Y estas ideas, aprisionadas en discursos, en lecciones, en libros, en periódicos y en plataformas políticas, circularon a través de América, produciendo el milagro de que ellas calaran en el subconsciente de millares de personas, para los cuales Haya de la Torre adquirió una aureola de iluminado terco, cuyo nombre corrió a lo largo de las universidades, de las aspiraciones juveniles y de la inquietud del continente.
Escarbando los problemas de su patria, consultando la opinión de su pueblo, transitando los caminos de la sierra peruana, analizando la entraña social de América, Víctor Raúl Haya de la Torre plantó el estandarte de sus convicciones y se dispuso a luchar para que nuestro continente no fuera, según la gráfica expresión de Ciro Alegría, un "Mundo ancho y ajeno".
Entonces resolvió que las parcelas del Perú no fuesen el estrecho marco donde un amo disfruta el vasallaje de los campesinos, que la cultura llegara al entendimiento de todos sus compatriotas, que nadie explotara a los humildes, que el lujo de la aristocracia limeña no se pagara con la sangre de los "cholos".
Y estas ideas, aprisionadas en discursos, en lecciones, en libros, en periódicos y en plataformas políticas, circularon a través de América, produciendo el milagro de que ellas calaran en el subconsciente de millares de personas, para los cuales Haya de la Torre adquirió una aureola de iluminado terco, cuyo nombre corrió a lo largo de las universidades, de las aspiraciones juveniles y de la inquietud del continente.
"El Maestro Víctor Raúl fue un audaz aventurero del pensamiento dispuesto siempre a encontrar qué es lo nuevo, qué es lo oculto, qué es aquello que no conocemos de la realidad para interpretarla debidamente".
Ese hombre, ese ideólogo esforzado recibirá hoy el veredicto de una corte que pomposamente desea interpretar los mandatos de la justicia. Ojalá sea, valga la redundancia, una justicia justa".
La justicia, a propósito de este comentario, llegó con la sentencia del Tribunal Internacional diciendo: "Que Colombia no estaba obligado a entregar a Víctor Raúl Haya de la Torre a las autoridades peruanas".
Es imprescindible comprender, como lo señalara el Presidente García, que la vida de Haya de la Torre es un enorme esfuerzo de interpretación, de búsqueda, que a veces no es comprendido hasta por sus propios compañeros. Pero indiscutiblemente es el ejemplo más alto de una vida de entrega a la causa de la justicia social latinoamericana.
¡ Víctor Raúl, Presente ¡ …
¡ Víctor Raúl, Presente ¡ …